禁漫天堂

Siempre -aun de niña- me sentí extranjera en mi propio país. Pero tampoco suelen gustarme los otros países actuales. Ahora mis hijas adolescentes me dicen: "¿Qué vamos a hacer, mamá? ¿Adonde iremos?" Porque Venezuela hoy mismo es sinónimo de flagrante ruina o catástrofe. ¿Adonde ir? -me pregunto yo misma. El único país contemporáneo que realmente me gusta es Paraguay y yo... no sé mentir ni disimular. Quiero decir, que si me voy a un país que me parezca defectuoso, no tardaré en sacárselos en cara y... Paraguay -entiendo- es un Cielo. La gente cree que los Cielo son blandos, confortables, mullidos... Pero los Cielos son espacios espirituales donde un duro y hermoso trabajo es posible para el hombre y quitarle la batuta o el cetro al Príncipe de este Mundo... aunque sólo sea un instante. A mí me encanta el Paraguay. Sus iniciativas, su historia, sus creaciones, su profundo sentir, su estética, su nobleza, su fuerte memoria, su humildad... Cuando siento el perfume de las flores que siempre vuelven a nacer en Paraguay, yo tengo que agarrarme el corazón. Y yo soy parcial y guardo rencor a los que le hicieron tanto daño en el pasado histórico. ¡Aún quieren sus descendientes perpetuar el dolor y las derrotas pretéritas con su estúpido bullying! Pero yo me doy cuenta de que hay paraguayos que perdonan y que viven activos y ligeros como en nube... Por otra parte, leo que allá es posible estudiar Dirección Coral, que es lo que quiere mi hija mayor. A mí me gustaría allá ser maestra de escuela. ¡Qué bien preparados saldrían todos esos niñitos tan preciosos! -me digo. No cometerían ni un error al escribir, serían analíticos lectores y sin perder un ápice de su inocente frescura. Pero además ponerme en contacto con jóvenes adultos de su aristocracia, para enseñarles lo que son realmente la alta poesía, el pensamiento, los mitos. Acaso para contagiarlos un poco de mi intensa visión acerca de Paraguay. Para enseñarles asimismo a llevar la escritura más allá. Mis padres son ancianos. Cuando vuelen al reino del espíritu, me gustaría llegar a Paraguay. Sí; iré arreglando los papeles.