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Contacto con personas de otros lugares, de mentalidades diferentes, para tener experiencias de intercambio cultural y lingüístico.
Miembro desde el 29 Julio 2011.
Vine con la intención de, supuestamente, estudiar FilosofÃa. Pero en realidad querÃa vivir en Europa, como habÃa sido siempre mi sueño. España serÃa mi puerta de entrada para luego moverme por otros paÃses europeos. Lo de los estudios de posgrado en FilosofÃa, fueron en gran medida mi puerta de ingreso. No habÃa estudiado FilosofÃa como licenciatura, por lo que mi formación filosófica se reducÃa a lo que pude haber estudiado en el bachillerato. Era un diletante en FilosofÃa, pero se me ocurrió venir a, teóricamente, hacer un Doctorado en FilosofÃa. La realidad es que, sin dejar de gustarme la FilosofÃa, aborrecà el entorno académico, asà como la FilosofÃa Académica, que nada tenÃa que ver con mis intereses e inclinaciones. De modo que lo dejé en los estudios predoctorales y decidà no hacer ninguna tesis doctoral, porque las lÃneas de investigación formalmente establecidas no se corresponden con mis intereses y el profesorado existente, tampoco creo que tiene la conexión suficiente conmigo como para dirigir una tesis o para orientar mis inquietudes. Ahora, con la formación que tengo, procuro ser gestor académico y asesor de personas que vienen a realizar estudios de posgrado a España y que tienen entre sus planes quedarse por aquà por una temporada.
La estabilidad polÃtica-institucional, el elevado grado de desarrollo en materia de derechos sociales, las ayudas públicas existentes para casi todo. Los museos, el arte, las tiendas de antigüedades. La vida cultural enorme que hay y que me fascina. La seguridad jurÃdica existente.
Los horarios, especialmente, que muchos lugares cierren al medio dÃa y no vuelvan a abrir hasta las 4 ó 5 de la tarde. Igualmente, me molesta que los bancos solo atiendan hasta las 14:00 h., al igual que ciertas instituciones públicas. No me gusta tampoco la idea de que hay que dedicarse a una sola cosa y no hacer otras, lo cual es inconcebible para mÃ, que estoy acostumbrado a compaginar actividades. La educación pública, en general. Siempre me formé en instituciones privadas y católicas...aquà recién he podido conocer lo que son las instituciones educativas públicas y laicas y mi experiencia no ha sido agradable, ni satisfactoria: de tener profesorado de primera lÃnea, preocupado por uno hasta en los más mÃnimos detalles a tener profesorado académicamente muy cualificado, pero poco pedagógico y poco comprometido con la docencia, porque le dan mayor importancia a la investigación y las publicaciones y que por eso mismo, prácticamente, pasen de los estudiantes, hay una diferencia atroz. Siempre estuve acostumbrado a un tratamiento personalizado y a que el profesorado estuviera disponible cuando yo lo necesitara. Me he encontrado con burócratas que imparten docencia de mala gana y que aunque formalmente dirigen tesis, en la práctica, están desentendidos del asunto. Creo que he chocado un poco con un modelo universitario radicalmente diferente al que siempre estuve habituado: un modelo academicista en exceso, en el cual, el profesorado puede ser de alto nivel, pero que, por lo visto, no tienen voluntad ni vocación por la enseñanza. Y además, en muchos casos, dependiendo de las carreras, un profesorado que no ha hecho otra cosa en su vida que estar en la universidad, sin experiencias profesionales fuera de ese ámbito. Yo me formé en un medio en el cual los profesores universitarios eran profesionales en ejercicio que dedicaban unas cuantas horas a impartir docencia ... habÃa buenos profesionales y malos profesores y viceversa, profesionales mediocres, pero excelentes profesores: la vocación por la enseñanza no es algo que posean todas las personas y creo que en las universidades, en general, se tiende a olvidar eso y confundir el brillante currÃculum académico o profesional, con la efectiva capacidad y voluntad para transmitir conocimiento.
Fui invitado para realizar una pasantía en un bufete de abogados de la ciudad de Santiago, al tiempo que conviví con una familia chilena de ascendencia judía, que me acogió en su casa.
El orden, la organización, la puntualidad, la cultura del aprovechamiento del tiempo al máximo. También la cultura del vino existente, al ser país productor e igualmente, la vida cultural y literaria existente en Santiago; la imagen de la cordillera de los Andes nevada. También me gustó mucho Valparaíso y los pueblos de la costa.
La excesiva contaminación de Santiago, el tráfico, el tiempo que se perdía en desplazamientos y el estrés ocasionado por tener que salir con mucha anticipación para llegar de un lugar a otro. También que los bancos e instituciones públicas solo atendieran hasta las 14:00 h. Había también situaciones un poco incómodas, como tener que pagar por entrar al lavabo en ciertos centros comerciales o que hasta los folletos informativos tuvieran un precio.
Nacà y me crié en Guayaquil. Estudié en colegios privados católicos y luego Derecho en una Universidad Católica.
El entorno socioeconómico en el que me crié, la educación recibida, el universo de aspiraciones vitales que me fue inculcado. Igualmente, la espontaneidad para iniciar actividades y el pragmatismo para llevar a cabo algún proyecto o solucionar vicisitudes que podÃan aparecer en el camino. La comida, desde luego, que considero ha marcado mucho mi paladar. La religiosidad todavÃa existente en el ambiente, aunque con matices. Era evidente que existÃa un sincretismo cultural muy rico, pero que podÃa ser malsano si no se lo transmitÃa y recibÃa con la debida prudencia y matizaciones. El paisaje, la diversidad de climas y el enorme potencial que tenÃa en muchos aspectos.
La inestabilidad polÃtica, la inseguridad jurÃdica y las enormes desigualdades económicas y sociales existentes. Estos eran problemas tanto de estructura formal-institucional del Estado por un lado y por otro lado, también problemas serios de estructura social, pues es un paÃs que existe como Estado independiente desde hace relativamente muy poco ... alrededor de 200 años, que para la vida y desarrollo de un paÃs como tal es relativamente poco, teniendo en cuenta que la Historia Universal nos enseña que las grandes civilizaciones tardaron varios siglos en formarse y consolidarse como pueblos. Luego, como la otra cara de la medalla frente al pragmatismo, estaba que, muchas veces, en nombre de ese pragmatismo, se vulneraban principios jurÃdicos elementales, lo que no era admisible bajo ningún punto de vista. En gran medida, cierta mentalidad presente en un importante porcentaje de la población, que en muchos aspectos me parecÃa anticuada o desfasada, pero también resultado de la estructura social.