½ûÂþÌìÌÃ

Lo que hace falta es una agencia que persiga a los reclutadores intermediarios. Este sector promueve un mercado ficticio mediante el anuncio de puestos que no existen. Con dicha agencia se limpiaría la economía de un sector altamente parasitario, y así el profesionista tendría más claridad en cuanto al mercado laboral.

Engañar a los buscadores de empleo no solo tiene un efecto económico negativo al hacerles perder el tiempo  con entrevistas, formatos de candidatura, preparándose para una cita con el intermediario, etc. También el fraude de estos intermediarios tiene un lamentable impacto social, ya que el "rechazo" para esa supuesta vacante genera en el candidato mayor frustración e inseguridad en cuanto a su perfil profesional.

Aun  cuando se tratara de un puesto real, el consultor/profesionista obtiene muy poca compensación, ya que gran parte los ingresos por su trabajo se asigna a mantener a todo el personal "administrativo" del intermediario.

El caso de Luxemburgo es especialmente irónico, ya que muchos reclutadores operan desde el Reino Unido. Siempre me ha parecido absurdo que, tratándose se un puesto en Luxemburgo y para un cliente supuestamente establecido en Luxemburgo, el supuesto proceso de "selección" sea llevado por un intermediario que ni siquiera está en Europa continental. Ahora con el Brexit la ironía es todavía mayor.