
Eva MarÃa es de AlmerÃa (España) y ahora está empezando una nueva etapa en Suiza. En esta entrevista nos cuenta los desafÃos a los que se está enfrentando en el proceso de adaptación.Â
¿Cómo surgió la idea de irte a vivir a Suiza?Â
Pues a mi pareja, ahora mi ex, le ofrecieron trabajo aquà en la construcción y yo siempre estaba dándole vueltas a la cabeza de cómo saltar de mi trabajo y probar cosas nuevas en otros paÃses. Asà que me vino como anillo para decidirme del todo a dejar mi trabajo y vivir en plena naturaleza que era lo que yo querÃa.Â
Eres auxiliar de enfermerÃa, ¿Has encontrado trabajo de lo tuyo? ¿Cómo lograste tu primer empleo?Â
Bueno, digamos que este tema es un poco complejo. Para empezar no puedo trabajar en el hospital si no tengo idiomas, evidentemente no me puedo comunicar por señas con los pacientes. Yo estaba estudiando inglés y resulta que aquà no me sirve, lo que necesito es alemán. Asà que empecé a echar un montón de currÃculum para todos los hoteles que veÃa en internet, en los cuales la mayorÃa de ellos me rechazaban por no saber alemán, hasta que uno por fin me aceptó sin el idioma y por suerte al lado de mi casa. Tengo que decir que he empezado a estudiar alemán pues pretendo quedarme tiempo aquà y aspirar a otro tipo de puestos de trabajo.
Vives en un pueblo que se llama Müstair, ¿Cómo es? ¿Qué es lo que más te gusta de allÃ?Â
Si existe una razón por la que he aguantado aquà estos meses sin trabajo, es sin duda por el maravilloso lugar en el que vivo. Val Müstair es un valle en el cantón Graubünden lindando con Italia que está formado por 6 pueblecitos. En concreto, yo vivo en Santa MarÃa Val Müstair. No hay muchas edificaciones lo cual lo hace más bonito aún, rodeado de sus verdes prados llenos de vacas y caballos y sus bellas montañas que incitan a la paz total. En invierno, todo nevado desde octubre hasta abril es de una increÃble belleza y paz a nuestros ojos y espÃritu. Lo que más me gusta es perderme andando o subida a caballo por las miles de rutas señalizadas que hay por la montaña o llegar andando a uno de los banc da leger, que son unos bancos preciosos donde puedes coger uno de los libros que te ofrecen y leer un rato o simplemente admirar el paisaje.
Una de las dificultades es encontrar alojamiento, pues parece ser que si no tienes trabajo es muy complicado acceder a una vivienda, el pez que se muerde la cola ¿Cómo lo hiciste tú al llegar?Â
Bueno, tuve la suerte de que iba con mi pareja y él sà tenÃa trabajo lo que le permitió poder alquilar una casa. Si no, nadie te hace un contrato de alquiler. Sà te puedes alojar en hoteles mientras decides encontrar trabajo pero no lo recomiendo nada. Es mejor ir con trabajo desde España y seguramente en ese trabajo te ofrezcan la posibilidad de alojamiento.Â
¿Qué es lo que más te está costando en el proceso de adaptación? ¿El idioma? ¿Socializar?Â
La primera vez que vine me decidà a salir de casa a los 4 dÃas de estar aquÃ, con la excusa de que tenÃa muchas cosas que acomodar en casa. TenÃa miedo a enfrentarme a todo lo que habÃa a mi alrededor no teniendo ni idea del idioma. Dos meses antes de llegar me puse a estudiar italiano ( porque pertenece al cantón Italiano y sabÃa que me iban a entender) y con esas palabrillas que sabÃa y siempre con traductor de Google en mano me atrevà a salir a comprar el pan. Me da risa acordarme de mis primeras salidas. El idioma sin duda es mi mayor problema aquÃ. Ya hablo con la gente pero en italiano que me defiendo bastante bien. ¿Amistades para salir? No tengo, y a veces se necesita la verdad. Es un poco aburrido estar siempre sola. Asà que ya investigaré o tiraré de internet para localizar a grupos de gente para salir, hacer rutas, etc. TodavÃa no lo he hecho porque estoy en proceso de adaptación de nuevo trabajo, nueva casa.
Eres de AlmerÃa ¿Qué es lo que más echas de menos?Â
Sinceramente, a mis animales. Mi perro, mi gata y mi caballo. Siento que los he abandonado pero no es nada fácil que los acepten aquà en una casa. Estoy luchando por ello para traerlos. A mi familia y amistades, es normal que los eche de menos aunque siempre los tengo al otro lado del teléfono y hablo a diario con mis hijas, padres y hermana. Mi playa la echo muchÃsimo de menos y más cuando llegue el verano y vea que no puedo estar allÃ, mejor ni lo pienso. Mis tapas de AlmerÃa en los bares, que eso no existe como allà en ningún otro lugar del mundo y las tostadas de los desayunos que aquà no existen! Echo de menos un cante, un baile, una guitarra, una juerga flamenca, los caballos, la gente, ese salero y esa alegrÃa que nos caracteriza y ese sol maravilloso que tenemos. Pero como he dicho antes he venido por mi propia decisión y estoy contenta de haberlo hecho. Volveré en algún momento a mi tierra querida.